Sus dibujos y pinturas rememoran, con un toque humorístico, típicas viñetas gauchescas. Es muy recordado por sus clásicos almanaques de la fábrica Alpargatas S. A. I. C., donde bajo la supervisión del ingeniero de planta, su gran amigo Luis Pastorino, llegaron a lograr las más atractivas imágenes de la época.
De aire entrañablemente caricaturesco y, a menudo, naíf —aunque con exageraciones y cromaturas que lo conectan también con un nada ingenuo expresionismo—, su dibujo, inspirado principalmente en el mundo gauchesco, refleja a un observador agudo de la realidad nacional.